jueves, 9 de octubre de 2014

Lorenzo Cano


Qué vuelco el corazón cuando recibí una solicitud de amistad en Facebook.

Era de Lorenzo Cano Fernández, que fue profesor mío en el colegio. Nadie me influyó más ni a mejor ni con más gusto. Ahora caigo en la cuenta de que me llevó a la vez a la literatura y al interés por lo político y social. A veces algún amigo me afea que me reparta tanto entre la actualidad y la lírica. Quizá tenga que remitir esas quejas a don Lorenzo. Es verdad (en su disculpa) que me enseñó eso porque yo andaba predispuesto, porque él también hablaba mucho de cine, de fotografía, de música pop, de coches... Creo que lo que más le debo es una mezcla muy suya de pasión y distancia, de amor e ironía, de esperanza y estoicismo, una mezcla que entonces no podíamos identificar bien, pero que nos parecía muy atractiva, porque lo era. También la hubo en mi reacción a su solicitud de amistad: por un lado, la emoción, y por otra el humor: "¿Y usted me solicita la amistad, que ya la tiene y de sobra?


1 comentario:

Anónimo dijo...

Me siento muy alagado por tu comentario sobrado de cariño y exageración a mi persona.
Un abrazo
Lorenzo